Las futuras fragatas F110 son uno de los programas estrella que la Armada tiene pendiente para su modernización durante los próximos años. Son las encargadas de sustituir a las actuales F80 de la clase Santa María, un grupo de embarcaciones cuya primera unidad entró en servicio en el año 1986 y que poco a poco van llegando al final de su vida operativa, que estaría en torno a 2025, tras la modernización que recibieron a principio de los años 2000.

El encargo es de cinco unidades y el coste del programa se estima en 4.300 millones de euros. El inicio de la construcción está previsto para febrero de 2022 en los astilleros de Navantia en Ferrol y el primer empujón económico lo dio el Gobierno en el último Consejo de Ministros de noviembre. Aprobó la firma de un convenio entre el Ministerio de Industria y la empresa pública de astilleros de 1.638 millones de euros para lanzar el proyecto.

Gracias a esto, en las dos últimas semanas se han empezado a conocer los primeros contratos para equipar las futuras fragatas. El más suculento ha recaído en Thales España, que será la empresa encargada de dotar a las embarcaciones de capacidades de guerra antisubmarina (ASW) de última generación. Exactamente, proporcionará varios sonares para las F110 por un importe superior a 160 millones de euros.

Los componentes clave de la suite integrada de la compañía son los sonares BlueMaster (UMS 4110) y el CAPTAS 4 Compact, el sistema de comunicación submarino TUUM-6 y el sistema acústico digital BlueScan, que está siendo empleado ya en otros países como Reino Unido, Francia, Italia, Noruega o Australia. Todos ellos se integrarán a través del sistema de gestión de combate Navantia SCOMBA F110.

«Este contrato es fruto de una estrecha colaboración con Navantia y la DGAM para contar con los mejores sistemas para la F-110. Estamos colaborando para dar a la Armada soluciones en los momentos decisivos ante cualquier amenaza en el teatro de operaciones. El contrato se realizará de acuerdo a un plan de cooperación industrial que incluirá trasferencia de conocimiento y generación de capacidades locales», ha explicado a este periódico Jesús Sánchez Bargos, presidente de Thales España.

«En este contrato con Navantia tenemos como objetivo dotar con diferentes capacidades de guerra antisubmarina a las nuevas fragatas multimisión. Nuestra prioridad desde Thales es la de acompañar a nuestros clientes en la modernización de sus capacidades tecnológicas e incorporación progresiva de nuevas soluciones digitales. Por ello las soluciones de Thales que se integrarán en la F-110 incorporarán inteligencia artificial y realizarán tareas de Big Data analytic», ha añadido.

Otro de los contratos que ya se han conocido ha recaído en Indra, que fabricará por un importe cercano a los 150 millones de euros la antena del radar AESA de vigilancia antiaérea, después de que se alcanzara un acuerdo previo con la empresa estadounidense Lockheed Martin. Este radar funciona en banda de frecuencias S -entre los 2 y 4 Gigahercios (Ghz)- y puede realizar múltiples tareas simultáneas.

Este radar es uno de los sensores clave del buque y le aportará superioridad y dominio en zona de operaciones. Se trata de un sistema completamente digitalizado y construido con centenares de pequeños bloques o tiles independientes. Gracias a éstos, el sistema podrá operar como si contase con varios radares trabajando de forma simultánea, lo que le dota de su capacidad multifunción, pudiendo operar como un radar de largo alcance e integrar el control de los misiles, a la vez que fija el seguimiento sobre múltiples blancos.

Por último, ya se ha decidido también qué cañón llevarán estas fragatas. Se trata, exactamente, del cañón 127/64 Vulcano de Leonardo, con capacidad para disparar munición inteligente y de alcance extendido. Un sistema de alta precisión, con un alcance de hasta 100 kilómetros, baja firma radar y completamente autómatico, preparado para reducir al mínimo el número de efectivos que son necesarios para su manejo.

** Artículo publicado en Libertad Digital.com **